Dia 3

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Este era el día, ya nos habían dicho como llegar a las playas en donde te podías meter al agua, y definitivamente con el calor que estaba haciendo era el día para pasar en la playa.
Nos levantamos temprano, y después de un intento de prender fuego fallido, pedimos agua en el comedor, para tomarnos unos mates, mientras jugábamos al 10.000.
Pensamos que si íbamos hasta la playa y volvíamos para comer nos perdíamos el calor del sol, y la despensa no nos había resultado demasiado cara, así que compramos fiambres y pancitos para hacer unos sambunches que llevamos en la mochi.
Pedimos un par de instrucciones y salimos para la playa. Empezamos a rodear el Lago Guillelmo por el otro costado del que habíamos ido el día anterior, por lo que pasamos por la otra punta de la represa. Primero nos encontramos con el arroyo Guillelmo, y de a poco se fue ensanchando para convertirse en el Lago Guillelmo.
El camino por el que andábamos estaba un poco mas alto que el lago, y por momentos no llegábamos ni a verlo, pero era el único camino posible, así que seguimos andando.
De a poco el camino empezó a nivelarse con el agua y a liberarse de arboles, hasta que llegamos al claro al que llamaban playa. Ahí, en la "playa" funcionaba un camping libre, por lo que estaba lleno de gente acampando, y si te metías por entre alguna planta se sentía la baranda a caca de camping libre. Encontramos un lugar medio al sol, medio a la sombrita, donde no hubiera gente, en donde nos sentamos a comer algún sanguchin.
El agua estaba congeladísima, pero el paisaje era hermoso, y habíamos ido hasta ahí para meternos, así que hicimos el esfuerzo, aunque sea para la foto.
   La verdad que la "playa" no era lo que pensábamos, y no estaba como para quedarse a pasar el día ahí. Así que nos fuimos a dar una vuelta y encontramos un arroyito que desembocaba en el lago, que parecía ser agua de deshielo. Empezamos a caminar por el costado del agüita alejándonos del lago, y el arroyito que había sido un hilito de agua, se empezó a ensanchar y en algunos tramos teníamos que caminar por entre el agua para poder cruzar.
A medida que caminábamos aparecían mas piedras y arboles caídos, el agua se ensanchaba y se dividía en varios arroyos. El sol estaba re fuerte, así que teníamos cosas en la cabeza que las íbamos mojando de vez en cuando para que no nos haga mal.
Si mal no me acuerdo, alrededor de las 4/5 de la tarde, nos dimos cuenta que habíamos caminado tanto como para que la montaña que teníamos de frente nos pareciera igual de cerca (o lejos según como se mire) que la montaña que habíamos dejado atrás. Por supuesto que eso es relativo al tamaño de las montañas (de los cuales no teníamos idea) pero empezamos a volver, por las dudas de que sea mucho el camino, baje el sol, y empiece a hacer frío.
Aunque habíamos dejado palos y marcas a lo Hansel y Grettel, y supuestamente habíamos caminado por al lado de un arroyo, el arroyo en realidad tenia divisiones, y vueltas que no tuvimos en cuenta, pero en definitiva cualquiera de esos arroyos, mas lejos o mas cerca iban a terminar en el Lago.

Una vez que encontramos el lago, volvimos por el mismo caminito que sabíamos llegaba al camping. En el camino Ivan se copo con un arbol que hacia perfecto la de trampolín directo al arroyo Guillelmo y quiso tirarse de cabeza. Se congelo pero, otra vez y con un poco de photoshop porque yo las saque mal, las fotos quedaron lindas..
Cuando llegamos a la carpa, empezamos a darnos cuenta que ya no nos quedaba mucho por recorrer ahí, y mirando los flyers y mapas que teníamos empezamos a planificar movernos para la base del tronador.
Nos bañamos y para la cena, los chicos del camping (que eran dos pibes de Barcelona, Poul y Xenia ) nos invitaron a tirar algo a la parrilla. Nos juntamos y resultamos siendo un montón porque los chicos habían recibido la visita de dos amigas de Barcelona (Monserrat y otra chica q no me acuerdo el nombre), una pareja también amiga de ellos que eran de capital, y tres chicas que acampaban ahí que eran Rosarinas.
Cenamos unas carnes y unas verduras a la parrilla, y después nos invitaron a jugar un juego de mesa el "Joya!" que era un jugeo al estilo "La Oca" lleno de prendas que incluían hacer el ridículo con plantas, recitar un texto en catalán, correr por el camping cantar canciones con la boca llena, entre otras y, por supuesto, mucho fernet.
Alrededor de la 1o2 de la mañana, terminamos el juego (gané, como corresponde) y nos fuimos a dormir, que teníamos planificado un día hiperlargo.